El cubismo fue un movimiento artístico desarrollado entre 1907 y 1914, nacido en Francia y encabezado por Pablo Picasso, Georges Braque y Juan Gris. Es una tendencia esencial pues da pie al resto de las vanguardias europeas del siglo XX.

No se trata de un ismo más, sino de la ruptura definitiva con la pintura tradicional.
Se suele relacionar el origen de la pintura cubista con la célebre máxima o consejo que, en una carta de 1904, Cézanne dio a Émile Bernard, referente a la conveniencia de “tratar a la naturaleza a través del cilindro, la esfera y el cono”.

Se acostumbra a considerar a Cézanne el gran precursor del cubismo.

El cubismo se puede clasificar como una de las vanguardias más trascendentes del siglo. En el cubismo se acostumbran a distinguir dos tendencias: la analítica i la sintética. El cubismo analítico, que es el inicial, se extendió hasta el 1911 se caracteriza por el intento de análisis que hace el pintor de la realidad, que lo lleva a plasmar-lo como si se observara la escena desde diferentes puntos de vista a la vez.
Con esto se pierde cualquier intento de perspectiva habitual i el color se limita hasta crear obras de una sola gamma cromática (grises y ocres), porque sólo interesa la forma.
Por otro lado el cubismo sintético, fiel a los cubos o formas geométricas que eran el origen de la vanguardia, tiende a la síntesis de los cuerpos en formas primarias. La tendencia sintética es la más rica en color i introduce uno de los grandes descubrimientos del cubismo, el collage (papeles y objetos más o menos bidimensionales pegados en el cuadro).
En definitiva, podemos resumir que el cubismo hace desaparecer la perspectiva tradicional. Adopta la “perspectiva múltiple” que se caracteriza por, tal como se ha comentado, representar todas las partes de un objeto en un mismo plano.